En un soporte tan amplio como la vía pública, era necesario delimitar una red para conformar un recorrido interactivo, un circuito.
El tema determinaba el criterio con el cual se definía la zona. Por ejemplo, el circuito Ignorancia abarcaba las inmediaciones de establecimientos educativos.
Se buscaban las paredes que más se relacionaban con los contenidos por su contexto y se descartaban las que más se alejaban del epicentro de la red. Cada una de las páginas tenía un plano de la zona abarcada por el circuito con la ubicación geográfica de todas, representadas por iconos y distribuidas circularmente para no sugerir un orden de lectura.
Cada uno de los circuitos se diseñaba en composiciones llamadas páginas. Estas páginas estaban compuestas por módulos de formato A3 (29,7 x 42 cm) que fueron pegados en paredes cercanas entre sí formando un circuito.
Se trabajaban las piezas a partir del contexto de las paredes, seleccionando las que por su entorno se asociaban a los contenidos literarios, relacionando formas arquitectónicas o naturales con elementos gráficos teniendo en cuenta la iluminación natural y artificial.
Desde el diseño editorial se decidió cambiar el caracter “o” por “ø” en todas las palabras y utilizar ligaturas tipográficas simples como “fi” y “fl” facilitan la utilización de distintas familias tipográficas generando un diseño coherente y sistematizado evitando estructuras rígidas. La impresión monocromática y la composición modular ayudaba a la unificación sistemática del diseño de Paré. Esta estructuración modular permite reponer en una etapa determinada los módulos dañados optimizando costos.
El diseño de estos mensajes no concluía con el pegado de la página, sino que podía modificarse según la influencia de los factores ambientales y la intervención directa del parenauta.